Limpiar el espacio comprendido entre los dientes es indispensable si tenemos en cuenta que se trata de un lugar habitual donde se acumulan tanto restos de alimentos como placa bacteriana. Por ello, la utilidad del hilo dental es máxima y nos permitirá eliminar estos restos de forma sencilla.
Y es que una de las principales ventajas que nos propone el hilo, también conocido como seda dental, es la facilidad de su uso. Únicamente tendremos que hacer un movimiento suave, para no dañar las encías, de arriba a abajo. Mediante este proceso conseguiremos eliminar aquellos pequeños restos alimenticios alojados en el interior de nuestra boca.
Es común que durante los primeros días se produzca un sangrado leve durante el uso del hilo dental. Esto es un normal y no nos debe preocupar. El sangrado irá remitiendo con el paso de los días.
Utilizar el hilo dental dos veces al día es lo ideal. Pero en caso de hacerlo sólo una vez, lo más recomendable es hacerlo por la noche. Las claves para convertirte en un buen usuario del hilo dental o sus sustitutivos es practicar y ser perseverante. Tómate tu tiempo, ponte delante del espejo y empieza por los dientes anteriores, que siempre son más sencillos.
Si quieres tener unos dientes y encías sanos, un aliento fresco y una sonrisa de la que puedas estar orgulloso, añade la limpieza interdental a tus hábitos de higiene oral y visita regularmente a tu dentista.