¿Sabías que la odontofobia es el miedo irracional y extremo al dentista? Puede que tu temor al dentista no alcance estos límites, pero si eres de los que se ponen nerviosos al ir al dentista, tal vez estas claves para perder el miedo te vienen bien.
La cita
→ Toma de contacto
Conviene que, antes de tu primera cita con el dentista, visites las instalaciones. Esto ayudará a familiarizarte con el entorno y no te pillará “de nuevas” el día que te atiendan. Es una manera de romper el hielo, ya que supone una primera toma de contacto.
→ Cuanto antes, mejor
No dejes tu visita en una fecha muy lejana en el tiempo, lo único que conseguirás será aumentar tu nerviosismo. Entendemos que, al ser una situación que temes afrontar, quieres alargar lo máximo posible el no acudir. Sin embargo, tienes que tener en cuenta que cuanto más próxima esté la fecha, menos tiempo tienes para pensar y preocuparte.
→ A primera hora
Si tienes la posibilidad de elegir, escoge las horas más tempranas del día. Al igual que en el caso de seleccionar el día, con la hora ocurre igual. Menor será el tiempo de espera… por lo que no tendrás tanto tiempo de darle vueltas a la cabeza.
→ Puntualidad
No te anticipes demasiado a la hora o no podrás evitar tu nerviosismo en la sala de espera. Lo ideal es que llegues puntual, no mucho antes.
→ Distracción
Por muy puntual que seas, tienes que entender que las citas no están cronometradas al milímetro y el paciente anterior puede seguir en la consulta mientras esperas. En estos casos lo mejor es recurrir a un buen libro, una revista o a la música de tu teléfono para despejar la mente. Estas actividades te ayudarán a distraerte y a no pensar en tu cita.
Primer contacto
→ Clima de confianza
La primera cita con el dentista suele estar dedicada a una revisión, no temas. Ahí aprovecharás para informarte de los tratamientos y mejoras que experimentará tu boca. Conocer esta información de antemano te ayudará a disminuir tu ansiedad.
→ Sinceridad
No eres la primera persona con miedo al dentista, no te avergüences de reconocer tu temor en la clínica. Los profesionales de la salud bucodental serán comprensivos y buscarán las mejores soluciones para tus necesidades.
A tener en cuenta…
→ Un código
Recuerda que, a la hora de llevar a cabo un tratamiento, puedes establecer con tu dentista un código de comunicación. ¿Qué significa esto? Aunque durante la revisión o el proceso no puedas hablar, puedes hacer saber a la otra persona que te sientes incómodo o que quieres hacer una pausa a través de señas y gestos. Así de fácil.
→ El poder de la mente
Repítete a ti mismo las ventajas de un tratamiento bucodental. Ten en cuenta que las visitas al dentista no solo son positivas, sino también necesarias. Ten en cuenta que son muchas las personas que cada día son atendidas en el dentista. ¿Ocurre algo? Al contrario. Si de verdad hubiera motivos para tener miedo a estas visitas, no se recomendaría asistir. Los dentistas solo buscan lo mejor para ti.
→ Plan B
Si no consigues relajarte, se puede recurrir a la sedación o a otros métodos como la anestesia (que no hay necesidad de aplicar con aguja). Es cuestión de hablarlo con tu dentista y valorar las distintas posibilidades.