El cuidado de tu boca es un aspecto fundamental del día a día y una buena limpieza bucodental resulta esencial. Por ello, conviene tener en cuenta los errores más comunes al lavarse los dientes.
El cepillo equivocado
La elección del cepillo de dientes correcto es casi tan importante como el propio cepillado. Si tu cepillo no es el idóneo para tu boca, la limpieza no resultará completa. Ten en cuenta la dureza de las cerdas: no puede ser ni demasiado suave ni excesivamente dura. Lo ideal es prestar atención al estado de tus encías y escoger el que más se adapte a ellas. De igual forma, es importante seleccionar un cepillo que resulte cómodo de usar. ¡Ojo con el tamaño! No es conveniente usar uno muy grande.
Cepillado erróneos
Hay quienes se apresuran a lavarse los dientes nada más terminar de comer… pero comenten un error. Se recomienda esperar alrededor de media hora para llevar a cabo el cepillado. ¿La razón? Al comer, el esmalte de tus dientes se vuelve más sensible; por ello, no conviene frotarlos de inmediato. ¡Y tampoco conviene hacerlo de cualquier manera! La limpieza nunca debe realizarse de forma de linear, sino de arriba abajo.
Exceso de dentífrico
¿Eres de los que cubre el cepillo con mucha pasta de dientes? ¡Error! Procura utilizar poca cantidad. Si empelas demasiado dentífrico, las cerdas se deslizarán entre tus dientes pero no lograrán alcanzar la zona de placa. Como ocurre con los cepillos de dientes, tus encías determinan el tipo de pasta de dientes que utilices. Así, una persona con caries no usará el mismo producto que alguien con sensibilidad dental, por ejemplo.
Limpieza completa
Si quieres que tu boca quede lo más limpia posible, recurre al hilo dental. El cepillado es necesario, pero no suficiente. Por eso, es aconsejable pasarse el hilo dental antes de proceder a cepillarse los dientes. Su uso es beneficioso para el fortalecimiento de encías y la prevención de placa.
El uso de enjuague bucal
Probablemente ya tenías cierta idea de los anteriores consejos (¡recuerda llevarlos a la práctica!). Este último aspecto es un tanto peculiar. Si bien los enjuagues gozan de gran popularidad desde hace mucho tiempo, su uso puede resultar contraproducente en algunas ocasiones. Así pues, toma nota:
- El alcohol de este tipo de productos puede causar hipersensibilidad.
- El enjuague bucal no es un sustitutivo del cepillado.
- Su utilización es complementaria, no esencial.
- No conviene abusar de su uso.
¿Y tú, eres de los que estaba equivocado en alguno de estos procesos o llevas una correcta limpieza bucodental? Eso sí: recuerda que, a pesar de que tu higiene sea la adecuada, ¡conviene hacer una visita a la clínica de vez en cuando!