Cuidado y control de la dentición temporal
La semana pasada veíamos qué era la dentición temporal, su desarrollo y las alteraciones más comunes. Esta semana nos centraremos en los cuidados y los consejos sobre todo para los padres.
Es importante que el niño se habitúe desde pequeño a mantener un cuidado adecuado de su boca mediante costumbres dietéticas, higiénicas, etc., adquiridas en casa, y mediante la visita periódica al dentista.
El cuidado y control de la dentición temporal debe incluir los siguientes aspectos:
1. Aumentar la resistencia del diente contra las caries
1.1. Aplicación de flúor: El flúor aumenta la resistencia del esmalte del diente a los ácidos de la placa bacteriana. Puede ser aplicado de dos formas:
- Flúor sistémico: ingerido en forma de agua fluorada, gotas o tabletas.
- Flúor tópico: aplicado sobre la superficie del diente.
Existen numerosos preparados para hacer enjuagues con flúor que, según la concentración de flúor que lleven, pueden ser utilizados diaria o semanalmente. En los niños son recomendables los buches diarios, ya que tienden fácilmente a olvidar los de empleo semanal.
Existe también la posibilidad de aplicar flúor en gel mediante unas cubetas preparadas en la consulta del dentista; la acción del flúor así aplicado es ligeramente más rápida que la de otras formas de aplicación.
Numerosos estudios demuestran que el empleo adecuado de los enjuagues de flúor puede reducir las caries entren un 20 y 50%.
1.2. Selladores de fisuras: Son sustancias colocadas por el dentista que recubren los surcos profundos de los dientes (en los cuales no pueden penetrar las cerdas de los cepillos dentales), con una fina capa de material plástico, la cual impide la entrada de restos alimentarios y de microorganismos, previniendo así la aparición de caries.
2. Evitar las causas que producen caries
2.1. Control de la dieta: Los principales alimentos productores de caries son aquellos en cuya composición participan los denominados hidratos de carbono (azúcares). Se ha comprobado que lo importante no es la cantidad de hidratos de carbono ingeridos a lo largo del día, sino cuándo y con qué frecuencia se ingieren, así como su consistencia.
Así, los alimentos blandos y pegajosos son más peligrosos que los sólidos no pegajosos, y éstos, a su vez, más que los líquidos, por que se pegan más al diente.
De igual modo, estos alimentos son más peligrosos si se toman aislados entre horas que si se toman en las comidas, y sobre todo si se ingieren antes de acostarse, ya que por la noche disminuye la cantidad de saliva que se segrega y, por lo tanto, la acción de limpieza de ésta es menor.
En los casos en que se consumen hidratos de carbono en exceso es necesario realizar un cambio en la dieta.
2.2. Control de los microorganismos causales de las caries: Es fundamental remover la placa bacteriana por medio de un cepillado adecuado después de cada comida, y sobre todo antes de acostarse.
El niño pequeño no puede lograr una técnica de cepillado efectivo; por tanto, es mejor que un adulto le cepille los dientes. Una buena forma de hacerlo, y que al mismo tiempo permite al niño mantener su independencia, es dejar que se cepille los dientes él solo por la mañana y que los padres le hagan el cepillado por la noche.
Los niños se resisten con frecuencia a que los padres les cepillen los dientes, pero cuando saben que se hará a pesar de todo, generalmente su resistencia disminuye.
Una pregunta que se plantea a menudo es «¿Cuándo debe asumir el niño la responsabilidad de cepillarse los dientes?«. La respuesta será distinta según los casos: los niños deben ser alentados a hacer su propio cepillado, pero los padres han de tener en cuenta que la perfección de los esfuerzos del niño dependerá de su destreza manual, lo cual a su vez depende de la maduración neuromuscular, y del desarrollo del sentido de la responsabilidad. De todas formas se necesitará un poco de vigilancia hasta que el niño tenga 10-11 años.
3. Consejos finales para los padres
- Para que la boca de un niño se desarrolle y crezca debidamente, los dientes temporales (de leche) deben estar sanos.
- La primera visita del niño al dentista es la más importante. El objetivo principal es que disfrute con ella y que vuelva con gusto; se le harán algunas preguntas, una completa exploración bucal y, si son necesarias, radiografías.
- En casa no le de excesiva importancia a la visita al dentista y evite comentarios negativos sobre la Odontología. Debe evitar decir cosas como «No duele«, «No te hará daño«, «No te pinchará«.
- El tratamiento se inicia cuando se tiene la confianza del niño y su cooperación. Esto ocurre generalmente en la segunda visita, pero para algunos niños se requieren más consultas preliminares.
- Después de la primera consulta es preferible que los padres aguarden en la sala de espera. La razón principal es que así se permite al dentista establecer una relación directa y estrecha con el niño. Si hay otras personas en la consulta, la atención del niño está dividida y es difícil lograr su confianza.
- Le rogamos que no intervenga mientras el doctor/a habla con su hijo. Si habla, el niño no escuchará a ninguno de los dos. A su debido tiempo el doctor/a les informará sobre los problemas del niño.
- No se preocupe si su hijo llora. Llorar es una reacción normalmente frente al miedo, y algunos niños se asustan de cualquier cosa nueva o extraña.